Tamaulipas: tierra de aspirantes, suspirantes y caminantes sin mapa
DE PRIMERA ……. LA DAMA DE LA NOTICIA
POR ARABELA GARCIA…. 25 DE ABRIL DE 2025
«Ni cómo quieren, ni cuándo quieren… pero quieren»
En Tamaulipas, la política ya no se vive: se sobrevive. Y como en toda buena tragicomedia del trópico bravo, hay personajes que sorprenden, otros que cansan, y unos cuantos que simplemente no entienden que no entender es también una forma de hacer política.
La llegada de Migue Garay a Tampico fue como un ventarrón inesperado: los del norte, especialmente los de la siempre altiva frontera matamorense, no lo vieron venir. Y no porque estén distraídos, sino porque después de la imagen que dejó Mario López, cualquier cosa les parece un déjà vu del desastre. Pero, como dice el refrán: cada quien es arquitecto de su destino… aunque algunos parecen más bien albañiles sin plano ni nivel.
Lo cierto es que hay operadores políticos que se parten el lomo construyendo escenarios, moviendo medios, quemando suela y teléfono, para que al final los candidatos o candidatas les hagan el clásico “gracias, pero no gracias”. Una constante que ya se repite como pesadilla en otros personajes de la fauna tamaulipeca. No es falta de estrategia: es soberbia disfrazada de liderazgo.
La alcaldesa Mónica Villarreal, por ejemplo, bien podría estar en esa categoría. Uno quisiera pensar que lo suyo es falta de asesores, no exceso de ego. Pero la falta de estrategia en su municipio grita más fuerte que sus discursos. Gobernar no es andar con buena voluntad y corte de listón, es saber moverse en la tormenta, y parece que ella aún no encuentra el paraguas.
«Democracia estilo Miramar: con frasecita dominguera y bronceador político»
Y luego está el caso de Erasmo González. Otro que no se anda por las ramas y que ya empezó a “placearse” con esa elegancia forzada que da el presupuesto. Contesta preguntas a modo, sonríe a medio gas, y deja entrever que le gustaría “servir” a los tamaulipecos. Traducción: quiere ser gobernador, y no se va a esperar a que le pongan la corona en la cabeza. Y cuidado, porque aunque suene bonito eso de “que sea mujer la próxima”, la política no se decide con emoticonos ni discursos rosas. Ahí está Carmen Lilia, con todo el entusiasmo hormonal desbordado, pero sin más que su terruño. Eso sí, bien auditada por Yalthel Abdala, que la trae más seguida que su sombra y le saca más arrugas que el sol de mediodía.
«Corren, tropiezan… y todavía creen que van ganando»
¿Y qué tal la maratonista Olga Sosa? Corre, corre, pero no se sabe si huye o busca. Y como bien dicen: el que corre, se cansa. Mejor paso lento, senadora, que la carrera apenas comienza y aquí nadie gana por velocidad, sino por astucia.
En ese circo de ambiciones aparece también el alcalde playero de Ciudad Madero, Erasmo (sí, otra vez), siempre listo para invitar a la Miramar y regalar frases de bolsillo: “En política no es ni como uno quiere, ni cuando uno quiere”. Traducción libre: hay que estar donde se pueda, con quien se deje y cuando se logre. Filosofía de supervivencia.
Y por si todo esto fuera poco, llega la cereza del pastel: la reforma en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión. Un golpe seco a la autonomía, un garrotazo al derecho de expresarse, y otro clavo en el ataúd de las libertades que antes se daban por sentadas. Hoy, en vez de derechos tenemos reglamentos, y en vez de libertades, sanciones.
Del palacio al terruño: el reality show de la política mexicana
Nunca antes los mexicanos habíamos estado tan vigilados, tan regulados, tan silenciados. Y eso que jurábamos que los gobiernos pasados eran los peores. Qué ironía. ¿A dónde vamos a parar? Tal vez a donde quiera el presidente(AMLO) que sigue dictando desde Palacio Nacional. No le alcanzó para convertir a México en un país comunista, pero le bastó con transformar la democracia en un sistema de control por otros medios. La forma cambió, pero el fondo… sigue siendo el mismo.
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