Denuncian prepotencia en Servicios Sociales de Matamoros: el rostro que no debería tener la 4T
Falla humana en programas sociales: ¿dónde quedó la mística del servicio en el gobierno de Morena?
Matamoros, Tam.- Lo que debería ser un canal de apoyo, atención y empatía hacia la ciudadanía, se está convirtiendo en un espejo incómodo de lo que no debe representar un gobierno emanado de Morena. Una denuncia ciudadana proveniente de la colonia Jardines de San Felipe expone el trato grosero y ofensivo por parte de una empleada del área de Servicios Sociales del municipio, quien, en lugar de brindar orientación sobre el programa de entrega de lentes, respondió con palabras altisonantes y una actitud altanera e insensible.
El hecho, más allá de lo anecdótico, refleja un problema de fondo: muchos trabajadores de programas sociales parecen no entender —o no compartir— la mística con la que Morena llegó al poder. Esa promesa de humildad, cercanía y vocación de servicio a la gente, hoy se ve opacada por actitudes arrogantes, impropias y fuera de lugar.
La ciudadana, que no vivía en la colonia donde se realizaría la brigada, solo pedía información. Lo que recibió fue una respuesta cargada de desprecio y palabras que nada tienen que ver con la política social que pregona el alcalde Alberto Granados. Lo más grave: hay evidencia gráfica del hecho y los superiores de la empleada ya cuentan con la denuncia formal.
Se entiende que parte del personal que labora en las dependencias municipales proviene de otros partidos, con lógicas y prácticas ajenas a la transformación social. Pero también hay quienes llegaron bajo el cobijo de Morena y claramente no entienden de qué se trata gobernar con el pueblo y para el pueblo.
Si el objetivo de este gobierno es diferenciarse de los anteriores, debería empezar por la formación de su personal. Un curso de atención al público, otro de buenos modales y uno más de identidad institucional no solo serían útiles: son urgentes. Porque quien queda mal ante estas actitudes no es solo el empleado en cuestión, sino el alcalde y todo un proyecto político que se juega su credibilidad día a día, rostro a rostro.
Este caso es apenas un ejemplo. Pero es un llamado de atención claro: la transformación también comienza en la forma de tratar a las personas.