Asesinato de delegado de la FGR en Reynosa evidencia la fragilidad de la seguridad en Tamaulipas
Por Redacción: Mariela de Alejandro
Reynosa, Tamps.— El asesinato a plena luz del día del delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Reynosa, Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, ha sacudido a la opinión pública y expuesto, una vez más, la profunda crisis de seguridad que se vive en Tamaulipas. El crimen ocurrió ayer sobre el boulevard, a la vista de todos, en una escena que resume la impunidad que predomina en el estado.
El hecho no solo estremeció por el perfil de la víctima, sino por la forma y el lugar en el que ocurrió: sin ocultamientos, sin consecuencias inmediatas para los agresores. Un mensaje claro de los grupos criminales que operan con total libertad en la región.
Bruno Díaz, dirigente estatal del PRI, calificó el suceso como «lamentable» y una «tragedia nacional que refleja el abandono institucional que sufre Tamaulipas». En entrevista, expresó: «Es vergonzoso que sigamos siendo nota nacional por hechos de violencia. Lejos de atraer confianza, esto ahuyenta cualquier intento de inversión o desarrollo en el estado. Lo que ocurrió en Reynosa no puede ni debe normalizarse.»
Díaz señaló la incongruencia entre el discurso del gobierno de Morena y la realidad que enfrentan los ciudadanos: «Nos decían que Tamaulipas era uno de los estados más seguros. Pero ayer vimos cómo en Reynosa le quitan la vida al delegado federal en pleno día. ¿Dónde está esa seguridad de la que tanto se presume?»
Pidió además que este caso no se quede en palabras ni se sume a la larga lista de crímenes sin resolver: «Esperamos que no sea otro discurso vacío. Que se investigue a fondo, que se busquen las causas, y que haya justicia, no solo para la familia del delegado, sino también para las madres buscadoras y todas las familias que han vivido una tragedia similar.»
Criticó duramente la política de seguridad federal basada en la estrategia de “abrazos, no balazos”: «Durante seis años, esa estrategia debilitó a las instituciones y fortaleció al crimen. Los tamaulipecos hemos pagado un alto costo por una política que jamás funcionó.»
Finalmente, hizo un llamado a la federación y al gobierno estatal para replantear la estrategia: «Nos sentimos vulnerables. Se necesita una estrategia conjunta que dé resultados reales. Hay que ir al fondo, atender las causas, pero también actuar con firmeza. Si abandonas la educación, si no apoyas el deporte, si no hay oportunidades laborales, los jóvenes terminan en otros caminos. Se necesita una nueva cultura, que no normalice la violencia, sino que ofrezca alternativas.»
El asesinato del delegado de la FGR en Reynosa es una llamada de atención brutal. Lo ocurrido no puede pasarse por alto ni politizarse. Es el reflejo de una realidad que clama por respuestas, justicia y un cambio de rumbo inmediato.
