Batió el récord de permanencia en el espacio, pero Christina Koch regresa a la Tierra con mucho más que eso

La astronauta estadounidense completó una misión de 328 días en su primer vuelo al espacio, el récord femenino. En ese tiempo también protagonizó la primera caminata espacial integrada solo por mujeres. Este jueves regresó a la Tierra, añorando unos nachos y las playas del Golfo de México, aunque segura de que también echará de menos lo que dejó allá afuera.

La astronauta de la NASA Christina Koch, que rompió el récord del vuelo espacial más largo realizado por una mujer en la historia tras permanecer 328 días en la Estación Espacial Internacional, aterrizó este jueves en Kazajistán junto a sus compañeros de tripulación Luca Parmitano, de Italia, y Alexander Skvortsov, de Rusia.

Para Christina Koch este era nada más y nada menos que su primer viaje espacial, en una misión que dio a los investigadores la posibilidad de estudiar los efectos que puede causar en una mujer una larga estancia con cero gravedad, con vistas a preparar la exploración humana al planeta Marte o el programa Artemis, con el que la NASA planea regresar a la Luna.

La astronauta sonrió y levantó el pulgar mientras el personal de apoyo la ayudaba a salir de la cápsula rusa Soyuz MS-13 en la que se realizan los aterrizajes y la colocaban en una silla para una revisión rápida de sus parámetros vitales y su estado general. Los tres astronautas se encontraban bien, aseguraron los funcionarios rusos.

«Los pulgares en alto y una gran sonrisa de @Astro_Christina! Su primer vuelo espacial se convirtió en una misión de 328 días con 5,248 orbitaciones a la Tierra, un viaje de 139,000 millas, apenas el equivalente de 291 viajes a la Luna ida y vuelta. #FelicidadesChristina & bievenida a casa», tuiteó la NASA tras la llegada de la astronauta.

Tras las revisiones médicas preliminares, estaba previsto que los tres astronautas viajen en helicópteros rusos a la ciudad de Karaganda, en Kazajistán. Koch y Parmitano subirían después a un avión de la NASA para Colonia, Alemania, donde Pamitano sería recibido por autoridades de la agencia espacial europea antes de que Koch continuara su viaje hacia Houston, según informó la agencia AP.

Rompiendo récords

Christina Koch extendió su primera misión, que era de seis meses, y se quedó otros cinco, superando el récord anterior de 288 días de la astronauta Peggy Whitson, mientras el r´écord general, de hombres y mujeres, lo mantiene Scott Kelly, quién pasó 340 días en el espacio.

Durante su misión, Koch completó seis caminatas espaciales, incluida la primera caminata espacial integrada solo por mujeres, junto a su colega Jessica Meir, con quien luego volvió a hacer otras dos caminatas. En total, Koch pasó 42 horas y 15 minutos fuera de la estación.

328 días en órbita, ¿se van volando?

Pasar 11 meses dentro de una estación espacial, sin gravedad, sin comer ‘comida real’ ni hacer otras muchísimas pequeñas cosas a las cuales estamos acostumbrados, parece ser un infierno, pero Christina Koch y sus compañeros no tenían mucho tiempo para aburrirse.

Además de las caminatas espaciales, estuvieron haciendo varios experimentos e investigaciones relacionados con diferentes aspectos cotidianos de la vida humana y su compartamiento en un ambiente a gravedad cero.

En este tipo de investigaciones los propios astronautas suelen ser el objeto de estudio, especialmente su salud y los cambios que experimentan sus organismos, pues la falta de gravedad, por ejemplo, causa pérdida muscular y ósea, por lo que varias investigaciones se centran en cómo mitigar esos efectos y en un futuro llegar incluso a evitarlos.

Otro proyecto en el que trabajó Koch fue la investigación de ‘cristales de microgravedad’, donde consiguió cristalizar una proteína clave en el crecimiento de tumores y cáncer, un experimento que en la tierra no ha conseguido buenos resultados pero sí en otros momentos anteriores en el espacio y cuyos resultados podrían conducir a tratamientos más efectivos contra el cáncer.

Además, Koch también ayudó a instalar una planta de biofabricación, que puede imprimir tejidos similares a los de los órganos, los cuales se forman más fácilmente sin gravedad.

Junto a sus compañeros, Christina Koch también llevó a cambo una serie de experimentos y pruebas biológicas sobre plantas y cultivos, de los cuales se beneficiaron, pues pudieron comer verduras frescas cultivadas en la estación. De estas verduras se conservan muestras congeladas que luego serán estudiadas en la Tierra.

También llevaron a cabo otros experimentos, como la propagación del fuego en el espacio y el comportamiento de la combustión sin gravedad.

Readaptarse a la vida en la Tierra

Tras 11 meses en el espacio, en condiciones muy diferentes a las de la Tierra, Christina Koch tendrá que volver a adaptarse a vivir en nuestro planeta, para bien y para mal. Aunque además de su esposo y su familia hay muchas cosas que ha echado mucho de menos, como unos buenos nachos y la sensación del viento en la cara a orillas de la playa, también asegura que, por ejemplo, dormir en el espacio ha sido muy relajante y tendrá que volver a adaptarse a hacerlo en una cama.

«¿Qué extrañaré? La exquisita belleza tanto del planeta Tierra como de esta maravilla que sus increíbles habitantes han creado», tuiteó Koch poco antes de iniciar su viaje de regreso.

Christina Koch creció en Jacksonville, Carolina del Norte, y ahora vive cerca del Golfo de México en Galveston, Texas, con su esposo, Bob, con el que regresará pronto a continuar su vida juntos.

 

 

Información obtenida de: https://www.univision.com/noticias/medio-ambiente/batio-el-record-de-permanencia-en-el-espacio-pero-christina-koch-regresa-a-la-tierra-con-mucho-mas-que-eso