Crítica de experto: La intervención de directores como contratistas en programas federales pone en riesgo la seguridad escolar
La gestión de los recursos para el mantenimiento y las obras en las instituciones educativas ha sido objeto de una fuerte crítica por parte del arquitecto Nicolás Quezada, quien denunció que muchos directores de escuelas se han convertido en «contratistas» al manejar los presupuestos asignados por programas federales. En lugar de contar con empresas especializadas, los directores asignan los trabajos a los padres de familia, quienes son manipulados para que ellos mismos realicen las obras de mantenimiento, lo que, según Quezada, pone en peligro la calidad y seguridad de las instalaciones escolares.
«Esto va en contra de los constructores profesionales de la ciudad. Hemos visto ejemplos de esto, como la Secundaria Número Siete en Paseo de la Reforma y 19, donde una marquesina arrancada de la banqueta está a punto de caerse. Se apuntaló con PTR, pero se hizo todo ‘al trancazo’, sin seguridad. Puede pasar un accidente en cualquier momento», señaló el arquitecto, quien también forma parte de la Sociedad Estatal de Maestros y Padres de Familia de Tamaulipas (SEMPAFAT).
Quezada lamentó que la falta de profesionalismo en las obras realizadas en las escuelas sea cada vez más evidente. Aseguró que este tipo de prácticas no solo afecta la seguridad de los estudiantes y el personal, sino que también pone en riesgo la integridad de las instalaciones educativas, muchas de las cuales, según él, deberían ser demolidas debido a sus malas condiciones estructurales.
«Hay muchos edificios que deberían derrumbarse, pero se siguen invirtiendo recursos en ellos, cuando lo más prudente sería hacer un cambio de uso de suelo, y esas áreas deberían ser aprovechadas para la construcción de departamentos», añadió Quezada, refiriéndose a una escuela en el centro de la ciudad, en la calle Tamaulipas, que actualmente alberga a un centro de maestros pero que está a punto de colapsar.
El arquitecto sugirió que se debería crear un Instituto Municipal de la Vivienda para revisar estos casos y aprovechar las esquinas de las escuelas en malas condiciones para la construcción de viviendas. «No se puede cuantificar cuántas escuelas están en estas condiciones, pero se debe cambiar el uso de suelo para hacerlas funcionar de una forma más adecuada», indicó.
Otro aspecto importante que abordó Quezada fue la necesidad de mejorar las condiciones de las escuelas en las periferias. “No se trata de traer alumnos de las colonias más alejadas al centro de la ciudad. Hay que fortalecer las escuelas de las orillas, que tienen más espacio y menos complicaciones con el tráfico. Los camiones de transporte escolar representan un alto costo, y la solución no es seguir congestionando el centro», argumentó.
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