Del Escándalo en Tamaulipas, al Objetivo

DE PRIMERA … LA DAMA DE LA NOTICIA

POR ARABELA GARCIA …. 16/09 /22

Los Maestros y su remuneración

Grupo Firme y la Distracción

 

El escándalo que se ha generado con los temas de los gobiernos saliente y entrante ha llegado a los medios nacionales, ¡! la pregunta es si se validara a nuevas elecciones!!; en los cafés la gente arregla el mundo en todo su contexto, se aplican hipótesis y demás, pero la realidad,  para que AMERICO VILLARREAL ANAYA, haya anunciado su equipo es porque tiene la certeza de que su elección es real y que nadie la puede nulificar,  ni los jueces ni nadie más.

Y quizá no tiene que ver con la fake declaración que diera el hijo del TRUCO en donde señala que se vendió la elección y no sé cuántas cosas más, la verdad es que estas notas que sacan al aire en las redes sociales enoja más a los tamaulipecos pensando que son tontos.

Nadie podría creer que el joven ni borracho andaría diciendo esto cuando todavía es postulante de la tesis de que su padre podría ganar la elección en los tribunales.

El escándalo ha provocado gran atención, la expectativa subió de tono y el gobernador electo se encuentra en la agenda diaria de los que viven en este estado para saber  que sigue.

Las definiciones más usuales de escándalo político coinciden en subrayar que éste consiste en una reacción de indignación ante lo que se percibe como una violación de alguna de las normas sociales que regulan la conducta legítima de los gobernantes (y de los aspirantes a serlo).

Según la opinión más común, el abuso de poder o la violación de la confianza social en que haya podido incurrir el agente político afectado provoca una reacción social de repulsa que puede terminar produciendo determinados efectos en el orden político.

Estos pueden ir desde la desaparición de la escena política del agente afectado, hasta incluso el tambaleamiento del propio régimen político (entendido éste como las reglas básicas del juego político en un grupo social).

A pesar de su aparente simplicidad, esta aproximación al escándalo político plantea un buen número de problemas de gran interés.

La relevancia de los escándalos políticos en la vida pública de las democracias liberales modernas ¿es una simple expresión del declive general del respeto por las normas éticas?

Lo que ha cambiado es, en primer lugar, la creciente visibilidad de los dirigentes políticos. Los dirigentes ya no son seres lejanos. Las relaciones entre dirigentes políticos y ciudadanos se establecen cada vez más a través de los medios de comunicación.

Los dirigentes (y los que aspiran a serlo) saben que deben utilizar los medios para adquirir visibilidad política. Pero cuanto más visibles se hacen las vidas de los dirigentes, más aumenta la probabilidad de que un fallo se convierta en escándalo político. «Los individuos que se mueven en la escena pública son mucho más visibles de lo que lo fueron en otros tiempos y, en segundo lugar, su capacidad para trazar una línea divisoria entre su personalidad pública y su vida privada es mucho más limitada.

El caso Atérrate no habría tenido las repercusiones que tuvo si Nixon no hubiera tenido la manía de grabar las conversaciones en el despacho oval, ni las tormentosas relaciones entre Carlos de Inglaterra y Lady Di habrían sido la comidilla de las revistas del corazón sin los teleobjetivos de los reporteros.

Este cambio en la cultura periodística ha llevado también a difuminar la frontera entre los secretos vinculados con el ejercicio del poder y los relacionados con la vida privada. De modo que hay menos reparos éticos para inmiscuirse en la vida privada de los poderosos.

Pero quizá el factor que más ha influido para que los escándalos asuman un papel preponderante en la vida pública es el declive gradual de la política ideológica y el auge de la «política de la confianza».

Cuando la política era más ideológica y había un enfrentamiento entre partidos de clase, importaban más los programas, los debates de ideas. A medida que las ideologías pierden peso y las decisiones políticas se tecnifican, la cuestión de la credibilidad y de la veracidad de los dirigentes políticos se pone en primer plano. «Cuanto más se oriente nuestra vida política hacia cuestiones relacionadas con el carácter y la confianza, más significado concederemos a todas aquellas ocasiones en que la veracidad de los dirigentes políticos sea puesta en cuestión.

Tres tipos de escándalos

Los escándalos sexuales, los escándalos financieros y lo que llama «escándalos de poder.

A cuál de estos se debe lo que estamos viviendo en Tamaulipas seguramente selecciono el tercero, considerando que las elecciones pasaron a otra dimensión y el poder a adquirido el mayor tesoro.

Los abusos del poder, son los escándalos provocados por actividades que contravienen las leyes y reglas que rigen el ejercicio del poder político.

Es indudable que los escándalos se han convertido en un rasgo sobresaliente del paisaje político. Pero ¿son acontecimientos efímeros, explotados ávidamente por los medios, o influyen de verdad en los procesos que dan forma a la vida social y política?

Algunos mantienen que los escándalos no tienen ningún significado duradero, y que la obsesión de los medios con los escándalos tiende a socavar la calidad del debate público, al concentrar la atención de la gente en asuntos muchas veces triviales.

Quizá como el evento del grupo musical  Firme que congrego a miles y miles de personas generando una distracción del entorno político nacional en el cual no hay políticas públicas de altura y solamente prevale el escándalo en sus diversas acepciones.

Acaso CLAUDIA SHEINBAUM lo hizo de buena onda, claro que no el escandalo posiciona y no propiamente desprestigia, así que los expertos en marketing lo llaman publicidad, o posicionamiento.

El tema de los maestros en Tamaulipas, como lo evalúa, como un método de presión, o como escándalo político, considerando que hay elecciones en espera.

La toma de posesión de AVA y la resistencia de CDV como lo califica.

 

 

Sugerencias y comentarios arabelagarcia01@hotmail.com