El Zacatón: una joya natural que maravilla al mundo desde Tamaulipas
24 de abril de 2025
Aldama, Tamaulipas
En lo más profundo del corazón de Tamaulipas, se esconde un verdadero tesoro natural que ha capturado la atención de exploradores, científicos, turistas y hasta de la NASA: El Zacatón, el cenote más profundo del planeta.
Ubicado en el municipio de Aldama, este enigmático cuerpo de agua, con sus impresionantes 339 metros de profundidad, es mucho más que un destino turístico; es una experiencia que conecta a quien lo visita con los misterios del planeta. Desde la superficie, su color turquesa hipnotiza. Desde las profundidades, guarda secretos que solo los más intrépidos buzos han osado descubrir.
“Visitar El Zacatón es adentrarse a una aventura que seduce tanto a científicos y exploradores, como a viajeros en busca de lo extraordinario. Es parte de la riqueza natural de un estado que lo tiene todo”, señaló Benjamín Hernández Rodríguez, secretario de Turismo de Tamaulipas.
Y no exagera. Este cenote no solo es famoso por su profundidad récord, sino también por haber sido explorado por misiones científicas de alto nivel, incluyendo la propia NASA, interesada en su peculiar ecosistema como modelo para investigaciones espaciales.
Además del asombroso cenote, el entorno ofrece un paisaje de ensueño: montañas, vegetación exuberante y una tranquilidad casi mágica que lo convierten en un sitio perfecto para escapadas eco-turísticas, rituales de conexión espiritual o simplemente un día de aventura.
Testimonios que inspiran a viajar
“Es imponente. Me sentí pequeña ante tanta belleza natural”, comparte María, una turista venezolana. “Hace tiempo que no venía a la playa, y hoy conocer este cenote ha sido una experiencia increíble. Tamaulipas tiene tantas maravillas por descubrir”.
Víctor Hugo Garza Guajardo, descendiente de tamaulipecos y originario del norte del país, celebró su cumpleaños en el lugar: “Hoy me meto al agua a hacer un ritual. Esto es maravilloso. No sabía que había cenotes aquí. ¡Vengan a Tamaulipas!”
Alex, visitante de Nuevo León, recuerda con emoción su primer encuentro con el cenote: “Hace 25 años vine por primera vez. Volver ha sido como reencontrarme con una parte de mí. Si vienen, disfrútenlo al máximo”.
Y desde Honduras, Sofía expresó fascinación por el entorno natural: “Las cuevas, las estalagmitas, el agua cristalina… es simplemente mágico. Me llevo un pedacito de Tamaulipas en el corazón”.
El Zacatón no es solo el cenote más profundo del mundo; es un portal hacia lo desconocido, un santuario natural que sigue sorprendiendo a quien se atreve a visitarlo. Ya sea que busques aventura, introspección o un paisaje de postal, este rincón de Tamaulipas está listo para dejarte sin aliento.
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