La Fuga de Ingresos en la Junta de Aguas de Matamoros: Un Escándalo de Corrupción que Debe Ser Explicado
La destitución del gerente comercial; inicio de un proceso de saneamiento
La gerencia comercial de la Junta de Aguas y Drenaje (JAD) de Matamoros se había convertido, durante años, en un agujero negro de recursos, donde las grandes sumas de dinero por adeudos no ingresaban a las arcas de la paramunicipal. En su lugar, esos fondos terminaban siendo desviados a los bolsillos de los gerentes en turno, un desfalco que parece haber sido tolerado, e incluso protegido, por un entramado de complicidades que abarcaba desde altos funcionarios municipales hasta alcaldes y gerentes generales.
Este entramado de corrupción y mal manejo de recursos ha sido uno de los principales factores que ha mermado la operatividad de la paramunicipal y ha afectado directamente a la ciudadanía. Los adeudos millonarios de los usuarios del servicio de agua, algunos superiores al medio millón de pesos, eran «reducidos» a cifras irrisorias en los arreglos de pago, en donde el monto final no superaba los 20 mil pesos. A cambio, los beneficios eran desviados hacia las arcas personales del gerente comercial, lo que generaba un círculo vicioso de impunidad.
En este contexto, la destitución de Emerico Anaya como gerente comercial de la JAD ha sido un claro indicio de que lo que antes se rumoraba sobre las malas prácticas dentro de la paramunicipal no era solo especulación, sino una realidad que venía siendo practicada hasta hace poco. La separación de Anaya del cargo, aunque tardía, puso en evidencia la magnitud de un desfalco que podría superar los 90 millones de pesos, una cifra alarmante que refleja la magnitud del daño a las finanzas de la JAD y que, tarde o temprano, deberá ser reparado.
Sin embargo, más allá de las malas prácticas de la administración pasada, la situación sigue siendo grave. Los morosos que han aprovechado el sistema para no pagar el servicio de agua continúan operando bajo la sombra de la corrupción, ofreciendo sobornos a cambio de mantener sus cuentas al margen de las auditorías. Este comportamiento no solo afecta la estabilidad financiera de la paramunicipal, sino que también pone en peligro el suministro de agua para la ciudadanía de Matamoros, pues los recursos que deberían destinarse a la mejora del servicio se siguen perdiendo en manos equivocadas.
Los funcionarios de la Presidencia Municipal, conscientes de la magnitud del problema, ya han comenzado a tomar acciones. La presencia del comisario de la JAD, Bonifacio Monjaraz, quien tiene la misión de revisar cómo entran y salen los recursos, es una señal de que finalmente se están tomando medidas para sanear las finanzas de la paramunicipal. En este sentido, se esperan cambios significativos en los próximos días, con el objetivo de mejorar la transparencia y recuperar los recursos que fueron mal manejados en el pasado.
El reto es monumental, pero la voluntad de cambiar es evidente. Si bien la corrupción dentro de la Junta de Aguas de Matamoros ha causado un daño irreparable a las finanzas del municipio, es hora de que se haga justicia y de que los responsables de este desfalco enfrenten las consecuencias de sus actos. Lo que está en juego es la confianza de los matamorenses en las instituciones y, sobre todo, el acceso a un servicio básico como lo es el agua, que no debe estar en manos de quienes solo buscan enriquecerse a costa del pueblo.
Este es solo el comienzo de un proceso que deberá ser acompañado de una total transparencia, y con la firme intención de que los recursos públicos, que pertenecen a todos, no sigan siendo una fuente de corrupción y desfalco. La ciudadanía de Matamoros merece una explicación y, sobre todo, soluciones que garanticen que lo sucedido no se repita.
Sin duda alguna el alcalde Alberto Granados lo anuncio desde su campaña que Matamoros necesitaba un cambio y ahora como alcalde ha ido cumpliendo poco a poco con poner orden donde debe ser; en su slogan lo menciona, mas territorio y menos escritorio, pero también las acciones van conjuntas como es el dar luz verde a su equipo para que se apliquen en temas que les duele a los matamorenes; por cada peso que no se aplica en la JAD es un drenaje que no puede arreglar.
La instrucción del presidente municipal es poner orden y es algo que lo va demostrando en sus dos meses de gobierno al frente de Matamoros.
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