Más que Parchados: La Salud en México Requiere Soluciones Estructurales, No Solo Parcheos Presupuestales

DE PRIMERA ……LA DAMA DE LA NOTICIA

POR ARABELA GARCIA …. 17 DE FEBRERO DE 2025

 La Clínica es Nuestra: Un Programa Insuficiente ante la Crisis de Salud que Exige Reformas Profundas

La pandemia de COVID-19 no solo expuso las vulnerabilidades del sistema de salud en México, sino que también reveló la profunda corrupción y la falta de infraestructura, personal médico y medicamentos adecuados. En este contexto, la llegada del nuevo gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, presenta una oportunidad para abordar estos problemas, aunque con desafíos significativos.

El Programa «La Clínica es Nuestra» representa un intento valioso de transformar la atención en las clínicas del ISSSTE, con un enfoque en la rehabilitación y el mantenimiento de unidades médicas. Sin embargo, a pesar de las intenciones detrás de este proyecto, el financiamiento asignado —entre 400 mil y un millón 200 mil pesos— resulta insignificante frente a las profundas necesidades del sistema de salud. Estas sumas, aunque son un primer paso, parecen más un paliativo que una solución estructural.

La presidenta del comité, Irma Azucena Castillo, ha enfatizado la importancia de este programa y el enfoque en la infraestructura¸ Impermeabilización, iluminación y techumbres como necesidades básicas.

Aunque el programa resulta interesante y ayuda en un principio a lo urgente, no aborda la raíz del problema: la falta de personal capacitado y de un suministro constante de medicamentos. Estas carencias no se solucionan simplemente con reparaciones físicas; se necesita un cambio integral que incluya formación de personal y un abastecimiento adecuado.

La idea de crear un comité para supervisar el uso de los recursos es un avance hacia la transparencia, pero plantea preguntas sobre la efectividad real de este mecanismo. La historia reciente está llena de ejemplos de programas que, aunque bien intencionados, fracasan en su implementación debido a la falta de un seguimiento riguroso y de la raíz. La confianza en el sistema se construye sobre la base de resultados tangibles y no solo en promesas.

Además, la propuesta de beneficiar al comercio local a través de la inclusión de constructores y proveedores de la región es un punto positivo, pero también plantea interrogantes sobre la capacidad de estas empresas para cumplir con los estándares necesarios en la rehabilitación de instalaciones de salud. Se necesita un balance entre el desarrollo económico local y la calidad del servicio de salud que se brinda a la población.

A medida que el programa avanza, es fundamental que los beneficiarios, los derechohabientes, mantengan una voz activa en el proceso. La participación comunitaria no solo es deseable, sino esencial para asegurar que las obras realizadas realmente respondan a las necesidades del servicio y que el dinero se utilice de manera eficiente y efectiva.

El camino hacia una mejor atención de salud en México es largo y complicado. La pandemia ha dejado una huella profunda que requerirá un esfuerzo colectivo y sostenido para sanar. Si bien iniciativas como «La Clínica es Nuestra» son un paso en la dirección correcta, no debemos perder de vista la necesidad de una reforma más amplia que abarque todos los aspectos del sistema de salud, desde la infraestructura hasta la capacitación del personal, pasando por un abastecimiento adecuado de medicamentos. La salud de la población no puede ser tratada como un mero proyecto político; es un derecho fundamental que merece atención y recursos sostenidos.

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