Tomás Yarrington: del exilio dorado al Altiplano… y con membresía vitalicia al sistema judicial mexicano
Once años prófugo, dos autos de formal prisión, propiedades dentro y fuera del país, y todavía alcanza para reaparecer como estrella del narco-gobierno en plena época electoral.
por Mariela de Alejandro
Justo cuando México intentaba dar una bocanada de aire fresco entre campañas electorales saturadas de promesas recicladas y candidatos reciclables, reaparece uno de esos nombres que nos recuerdan por qué seguimos en la lona: Tomás Yarrington. Sí, ese exgobernador de Tamaulipas que parecía más leyenda del narcopoder que funcionario público, vuelve a los titulares con un nuevo auto de formal prisión. Porque uno no era suficiente.
La Fiscalía General de la República (FGR), en una rara jornada de productividad, informó que obtuvo una nueva acción penal contra el exmandatario, ahora por delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, a través de la vieja confiable: la «interposición de personas». Es decir, comprar propiedades dentro y fuera de México con dinero que viene… bueno, de donde sabemos que viene. Pero eso sí, con ayuda de terceros para que se vea menos narco y más «inversionista global».
La joya del expediente es que Yarrington presuntamente recibía recursos de una organización criminal, tanto en funciones como después de dejar el cargo. Porque, como sabemos, en México ser exgobernador no implica jubilación, sino evolución: del poder público al crimen organizado, sin escalas.
Actualmente, el exgobernador se encuentra en el penal del Altiplano, donde también enfrenta un proceso por delitos contra la salud, que le fue notificado poco después de ser deportado por Estados Unidos el pasado 9 de abril. Porque ni allá lo quieren ya.
Cabe recordar que esta historia no es nueva. Yarrington tenía una orden de aprehensión desde 2012, pero la justicia mexicana, que avanza con la velocidad de una tortuga con reumas, apenas va desempolvando expedientes que ya se consideraban material de archivo histórico.
Este nuevo proceso penal, iniciado por el Juez Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en Tamaulipas, suma otro capítulo a la novela del exgobernador que convirtió su mandato en una extensión del negocio criminal. Y por si faltara algo de ironía: todo esto ocurre mientras nos venden la idea de que ahora sí, el sistema de justicia será ciudadano, limpio y reformado. Ajá.